La Resiliencia es esta increíble habilidad que nos ayuda a recuperarnos de los golpes emocionales que recibimos cuando las dificultades impactan nuestra vida. Al desarrollar la resiliencia, podrás recibir un golpe emocional, caer… pero estando abajo, tendrás la capacidad de levantarte y seguir avanzando. En este video te compartiré las 4 estrategias que puedes comenzar a aplicar desde este momento para aumentar tu resiliencia y ser más fuerte emocionalmente.
Compromiso Y Determinación
Para empezar, hay que dejar claro que la resiliencia no es una habilidad natural con la que nacemos. Para ser resilientes, se necesita compromiso y determinación. La fortaleza mental no se desarrolla en un par de días, más bien es un proceso de crecimiento que puede durar múltiples años. Es una batalla en donde cada día decides levantarte, continuar y seguir fortaleciéndote.
1. Reconocer y Recordar.
La primera estrategia para desarrollar tu resiliencia es “Reconocer y Recordar”.
Para empezar, tienes que mirarte al espejo, metafóricamente hablando, y determinar con claridad qué es lo que más te preocupa. Sé sincero contigo mismo, ponte a reflexionar en las peores adversidades que has atravesado y reconócelas por más pequeñas o grandes que hayan sido, si en algún momento te causaron estrés y preocupación son válidas. Este proceso puede ser muy incómodo, porque rara vez queremos observar aquellos elementos que nos han causado dolor. A pesar de ese malestar emocional que puedas sentir, busca la fuerza y la confianza para afrontar las situaciones negativas que surgieron.
Una vez que atravieses por este camino, recuerda que algunos de esos momentos ya los lograste superar. Date cuenta que ya ejerciste la resiliencia en algún punto. Al enfrentar esas grandes adversidades en tu vida, aquí sigues, no te destruyeron completamente. Es decir que de manera a lo mejor indirecta, tuviste la fortaleza para atravesar por esos momentos y superar esas dificultades. A partir de esas experiencias, comienza a explorar los beneficios que surgieron. En retrospectiva puedes tener una mejor visión y darte cuenta de lo que aprendiste. Intenta buscar todos los grandes beneficios que hayan surgido de las experiencias más difíciles de tu vida.
Este primer paso te ayudará a tener más confianza al saber que ya has actuando con resiliencia en tu vida, y por lo tanto, ya puedes comenzar a apreciar los beneficios de este trabajo. Esta será la base para tu estructura mental, donde las malas experiencias tienen el potencial de seguir alimentando y sirviendo para tu crecimiento.
2. Conocerte y Actuar.
La segunda estrategia para desarrollar tu resiliencia es “Conocerte y Actuar”.
Si quieres ser una persona resiliente, tienes que tener un profundo conocimiento de tus fortalezas. Cada persona es única, y a pesar de lo que piensen algunos, todos tenemos una serie individual de fortalezas que están ligadas a nuestra personalidad. Es importante que conozcas tus fortalezas y definas las herramientas que tienes disponibles. A lo mejor eres curioso, a lo mejor inteligente, a lo mejor eres muy observador o a lo mejor te gusta ayudar a otros. Sin importar cuales sean tus fortalezas es importante que:
Las identifiques
Las aprendas a utilizar.
Las sigas desarrollando y perfeccionando.
Ahora, una vez que conozcas tus fortalezas, es tiempo de “Actuar”.
Podemos separar a las personas en dos grupos. Los que se quejan y los que solucionan. De un lado tenemos a gente con mentalidad de víctima que solo le gusta señalar lo que está mal, lo que no funciona y lo que no le gusta. Pero para ser resiliente, tienes que convertirte en una persona que busque soluciones. Que observe cómo mejorar su situación personal, la de su familia y la de su comunidad. Honestamente la vida es complicada, pero es tiempo de comenzar a buscar soluciones. A través de un profundo conocimiento de tus fortalezas, observa que situaciones en tu vida puedes mejorar y dedícate a solucionarlas.
Al tener esta forma de pensar, te das cuenta que entras en un modo de vida muy diferente al convencional. Tu mentalidad se irá fortaleciendo al darte cuenta que en tus manos, tienes la capacidad de solucionar múltiples cosas que han estado fallando.
3. Compartir y Elegir.
La tercera estrategia para desarrollar tu resiliencia es “Compartir y Elegir”.
Uno de los grandes indicadores que muestran que alguien puede salir de una catástrofe es a través de su entorno. Las personas que están rodeadas de un grupo de amigos o familiares que las apoyan, tendrán una mayor probabilidad de superar una adversidad. Las personas resilientes tienen la humildad necesaria para darse cuenta que necesitan a otras personas para buscar soluciones y resolver problemas. Es importante que inviertas tiempo en conocer a más gente, en fortalecer tus relaciones existentes y en profundizar con aquellos que son las personas más importantes en tu vida. El orgullo puede nublar tu juicio, y hacerte pensar que no necesitas a nadie. Cuidado con esta trampa, y no dudes en crear grupos de apoyo que te ayuden a seguir adelante.
A pesar de eso, es importante que también sepas elegir tus relaciones. No sientas la necesidad de contarle toda tu vida a todo el mundo. Tú tienes la capacidad de elegir qué tipo de personas quieres alrededor. Recuerda que las relaciones humanas se basan en confianza, así que busca personas que te escuchen y que quieran lo mejor para ti. Esto significa que algunas personas se sentirán cómodas con dos personas que sepan todo sobre ellas, y para otros puede significar crear una gran comunidad. Todo depende de qué estés buscando.
Lo importante es que salgas al mundo, y construyas relaciones profundas en donde tú puedas recibir pero también dar. En donde puedas aprender pero también enseñar. Y en donde puedas compartir tus preocupaciones pero también escuchar los problemas de alguien más.
4. Soltar y Confiar.
Muchas veces el efecto negativo de las dificultades que impactan nuestras vidas, no está en el acto, sino en el ciclo negativo de nuestros pensamientos. De manera frecuente algo malo ocurre en nuestra vida, y aunque el evento ya terminó, de manera continua y repetitiva pensamos en:
Lo que pudimos haber hecho de manera diferente en el pasado.
Lo que arruinará u ocurrirá en el futuro.
Reciclamos constantemente nuestros pensamientos negativos porque sentimos en el fondo que entre más pensemos en esto, más fácil será encontrar la respuesta al problema.
Sin embargo, si la mente no está enfocada y calibrada para encontrar una solución, muchas veces solo te torturas al pensar una y otra vez sobre lo que falló en el pasado, lo que está fallando en el presente y lo que podría fallar en el futuro. Si hay algo que puedes corregir en este instante, regresa a la estrategia 2: Conócete y actúa. Pero si el problema está completamente fuera de tu control, aprende a soltar.
Algunas personas deciden leer un libro, ver una película o hacer ejercicio. Aquí te corresponde buscar algo recreativo que te ayude a liberar la tensión mental que has acumulado y puedas recargar energías. A lo mejor no puedes solucionar el problema que tienes inmediatamente, pero si puedes protegerte de sentirte abrumado por tus pensamientos. Al ser una persona resiliente, tienes que saber cuándo actuar pero también cuándo descansar. La relajación no es mala si la utilizas adecuadamente.
Por otro lado, es importante confiar.
La autoconfianza es una de las habilidades más importantes que puedes cultivar. Las personas que atraviesan por grandes dificultades aprenden a darse cuenta de su fortaleza. No tengas miedo de los nuevos retos que aparezcan en tu vida. Retraerte en tu zona de confort, no te permitirá explorar la aventura que espera allá afuera, y por lo tanto nunca podrás desarrollar una verdadera fortaleza.
Conclusión
En todo este proceso, estarás aprendiendo a lidiar mejor con las adversidades de la vida, y cada experiencia negativa que encuentres, te ayudará para seguirte preparando y fortaleciendo. Si tienes miedo del futuro, estás limitando tu crecimiento. Por el contrario, al darle la bienvenida a las dificultades, estás adoptando una actitud mental de crecimiento, en donde sabes que cada día puedes aprender y fortalecer tu mente.
Para resumir este video, te recuerdo las 4 estrategias para aumentar tu resiliencia y ser más fuerte emocionalmente.
Lo primero es “Reconocer y Recordar”.
Enfrenta con valentía lo que más te preocupa y observa que en el pasado, ya has atravesado exitosamente varios malos momentos.
Lo segundo es “Conocerte y Actuar”.
Estudia tus principales fortalezas. Y date cuenta que puedes utilizarlas para encontrar soluciones.
Lo tercero es “Compartir y Elegir”.
Crea relaciones más profundas y expande tu red de apoyo.
Y lo cuarto es “Soltar y Confiar”.
Aprende cuando es tiempo de relajarse y al mismo tiempo mantente atento a los nuevos retos que surjan.
Estas 4 estrategias te darán las herramientas para impulsar tu resiliencia, y desarrollar poco a poco de manera progresiva, una mentalidad más fuerte que te ayude a superar las emociones negativas y avanzar en tu vida.
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